Si de comercio se trata, Arica presenta una posición geográfica privilegiada con respecto a las grandes rutas de la subregión centro-oeste de Sudamérica, sin embargo, para su mayor desarrollo, no cuenta con políticas de aprovechamiento de este plano dentro de la plataforma continental.
En el avance de integración física, si de transporte marítimo-portuario se trata, el puerto de Arica en su punto de entrada y salida de bienes de mercado nacional e internacional, constituye un pilar elemental como arco de Sudamérica, pero no exento de problemáticas burocráticas que limitan la posibilidad eficiente de generar planes y programas que constituyan una real ventaja de incalculables proyecciones, y esto, no tiene que ver con la administración en su terminal multioperador o con la incapacidad del ente gubernamental para generar políticas públicas para dar mayor potencialidad a la actividad, sino de la carencia de identidad de todos los actores que intervienen en pos del progreso regional, para enmarcar una estrategia que enfrente el desafío de consolidarse como una fortaleza económica dentro de la macrozona andina, es decir, una integración real que permita adherir una célere respuesta ante las necesidades operacionales y con ello el aumento del nivel de servicio.
Si a este escenario intrarregionalmente, se le agrega la disminuida diversificación económica, el bajo nivel tecnológico industrial, la escasa innovación e investigación, el subdesarrollo rural, entre otros tantos puntos opacos, es menester un nuevo planteamiento de la realidad con un modelo acorde al comercio internacional empleando útilmente la condición geográfica y para llegar a tal fin, debe considerarse el puerto de Arica como una instalación logística estratégica que no solo debe involucrar las unidades productivas de comercio local, sino que además, tiene que adherir otras regiones a las proyecciones de su fuente ocupacional y de carácter especial, contemplar a su mayor cliente, Bolivia, que tiene acceso preferencial al mercado latinoamericano en acuerdo con los países del Mercosur y que moviliza más del 80 por ciento de la carga del puerto gracias a las prerrogativas derivadas del tratado internacional bilateral con Chile, pudiendo contener en estancia sus cargas sin arancel durante 60 días para sus exportaciones y hasta 365 días para sus importaciones, todo lo anterior, con potestad aduanera para fijar sus tasas de derechos; en síntesis, si se logra una hábil integración logística estratégica, se encaminara el puerto de Arica como un eje importantísimo de desarrollo como entrada al hinterland de Sudamérica y principal salida a la cuenca del Pacífico.
Camilo A. Canario Villa Ingeniero en Transporte